¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?






Todos lo hemos sentido. Esa sensación en el estómago que nos paraliza. Los pensamientos del “no puedo” se cruzan por tu frente y se instalan cómodamente. Impidiéndote lograr lo que te propusiste
El miedo aparece sin permiso y se queda por mucho tiempo. Hasta que tú te atrevas a hacer algo al respecto.
Habíamos caminado por mucho tiempo mientras ascendíamos al Iztaccíhuatl, hasta el lugar donde establecimos el campamento.
Una vez instalados lo único que queríamos era dormir estábamos fatigadas y cansadas, habíamos cargado las mochilas y subido por varias horas y el frio ya se había dejado sentir, hubo una cuesta tan difícil antes de llegar al último portillo que fue un gran triunfo subir (por lo menos para mí), y la noche me pareció una noche tan larga, quizás porque entre el frio helado y lo dificultoso en algún momento para respirar, hicieron que esa sensación de miedo apareciera.
Hoy una semana después del reto de haber subido me vienen a la cabeza todas las imágenes de nuestra caminata, las caídas, el paisaje, las historias tristes, que guardan cada una de las cruces que puedes ver enclavadas en la montaña, los muchos alpinistas subiendo la montaña.

Hoy aquí cobijada en mi casa, con mi gente en mi entorno no siento miedo, pero me doy cuenta que el miedo está presente en nuestra vida por una razón fundamental: sobrevivencia
Estamos a 21 días de partir a nuestra aventura en la Maratón del Everest y lo cierto es que, entre preparativos, trabajo, entrenamiento no hemos tenido oportunidad de sentirlo.
Pero puedo darme cuenta que a veces este miedo nos aleja de nuestras metas y de lo que queremos lograr y forma una barrera entre el lugar en donde estamos ahora y al que queremos llegar.
No importa si crees o no en fantasmas, o si tienes miedo a la muerte. El miedo a lo que no conocemos es natural en el ser humano.
También es natural el miedo a ser lastimados física, intelectual o emocionalmente.
De hecho, un estudio demostró que el rechazo, se percibe en el cerebro como un dolor físico.
Este miedo se convierte en nuestro peor enemigo cuando queremos lograr algo: el miedo a fracasar. 

Y se convierte en uno de los mayores obstáculos que impiden lograr las metas en ocasiones simplemente no te sientes capaz de lograrlo.
Conoces historias de gente que ha llegado a las metas que se han propuesto, pero tú piensas que “esas personas” tienen algunas habilidades que tú no tienes.
Es cierto, cada persona es diferente y probablemente algunas actividades se faciliten más que otras. Pero esto no significa que otras personas sean mejores que cada uno de nosotros
De hecho, significa que, esas personas también sintieron miedo, pero lograron manejarlo adecuadamente para que no los obstaculizara.
Así que, aunque me hubiera gustado disfrutar más esa noche durmiendo a 5000 metros de altura, un poco de este miedo imaginario surgió y no me permitió hacerlo
Pero la preparación mental también es importante, así que recordare cuando estemos ascendiendo al Campo Base del Everest, que “nunca debemos dejar que el miedo sea tan grande, que nos impida seguir adelante”  

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